viernes, 11 de diciembre de 2009

El final de siempre


Hay historias que siempre terminan igual. Por eso, el final de la Rosario estaba cantado y a nadie en el pueblo extrañó. Tan sólo a Maite, la nueva guardia civil pareció sorprenderle aquello, como si nunca hubiese visto nada igual en su vida. Y eso que no era nueva en el cuerpo, que más de un caso así debería haber tratado la moza. Pero por lo visto, no. A lo mejor fue algo fuera de lo común, no sé. Pero ya digo, aquí nos quedamos todos... a ver, apenaos, eso sí, pero es que ya se sabía lo que iba a pasar.
No, yo no quise ir al cementerio. Qué vergüenza, toda la gente allí, gimoteando, llorando, llevándose las manos a la cabeza como si de verdad les doliera. Pues haber hecho algo antes. Panda de hipócritas. No, a la iglesia tampoco fui. ¿Cuántas veces fue la Rosario al cura a pedirle ayuda? ¿cuántas? ¿lo sabes? ¿cuántas se la quitó de encima, a la pobre muchacha como si fuera un perro pulgoso? Y luego me cuentan que de ella sólo dijo palabras buenas y encima recriminó a los asistentes por no evitar la tragedia. Santo Dios, qué vergüenza de cura...
Claro que se sabe quién fue, ¿cómo no va a saberse? Aquí todo se sabe, porque hasta las paredes ven y escuchan y si quieren, también cuentan... de verdad, no me mires así, que si prestas atención, te enteras de todo. Bueno y aunque no la prestes, también. Con solo decirte que los críos cruzaban de acera por no pasar por su parcela. Ché, a ver quién le iba a hacer frente a ese. Con lo cobardes que son aquí todos, ya sabía que nadie iba a hacer nada. A callarse todos, como se ha hecho siempre.
Yo sí que puedo dormir tranquilo. Tan tranquilo como frío dormirá hoy ese asesino. Ve y llama a su puerta a ver si te abre. Y si lo hace, vienes y me lo cuentas. Si no, ya puedes ir al guardia y decirle que venga a buscarme. Que yo si que soy de los que da la cara.

2 comentarios:

Norma dijo...

Extraño pero me gusta... continuará?

Bego dijo...

Sigo explorando historias rurales, pero ésta ya está acabada. Pretendo hacer una serie de relatos muy breves, aunque ya ves que el resultado no es siempre el esperado, pero con algo hay que estrenarse, quitarse el miedo y experimentar...