martes, 8 de diciembre de 2009

¿Con quién comparto mi vida?

Escalofriante. Cuánto menos, este es el adjetivo que me sugiere la lectura del artículo de Stephen Baker publicado el pasado 22 de noviembre en el País Semanal. Se trata de un resumen del libro que acaba de publicar el mismo autor, titulado "Numerati" y editado en España por Seix Barral. En él se describe de manera bastante objetiva y ofreciendo toda variedad de datos y demostraciones cómo casi todas las personas que interactuamos en la red a través de blogs, facebook y otras redes sociales, somos objeto de análisis y escrutinio por parte de matemáticos, sociólogos y otros científicos con fines a veces nada benévolos. Y no sólo eso. Este grupo especializado en estadística, que Baker denomina "numerati" es capaz también de describir nuestros movimientos a través de sensores (se colocan en las casas a cambio de dinero o con ciertas finalidades médicas) o gracias a ciertos programas que se instalan en los teléfonos móviles. Es el fin de la privacidad y el anonimato. Pero sobre todo, entregando todos nuestros datos, explicando nuestras afinidades, gustos, deseos, temores, nos quedamos desnudos y abrimos nuestra alma y nuestro cerebro. ¿A quién se la abrimos? ¿Quién hay detrás de todo esto? Si la sociedad somos nosotros mismos, si podemos afirmar (aunque sea ingenuamente) que el poder es del pueblo en la mayoría de países, ya que en la mayoría de países se dice haber democracia. ¿Por qué nos vigilamos? ¿Qué interés hay detrás de todo ello? Vender más, manejarnos mejor, ordenar sin quejas, someternos sin problemas... Así, con escalofríos, nos vamos acercando a la idea nada original de comparar esta situación con la que se vive en 1984, ese gran novela de George Orwell escrita en 1948.
Hace dos días, todavía no me había recuperado de la reflexión que ahora os acabo de describir, cuando una amiga (sin yo explicarle mis preocupaciones, lo que quiere decir que no soy la única que tiembla ante nuestra imprudente y seguramente impúdica desnudez ciberespacial) me enseña ese video colgado en Youtube titulado "Facebook, la cara oculta" y que estoy segura que muchos ya conoceréis. No voy a comentar este vídeo porque desconozco su origen, a sus autores, cuándo fue creado y a qué fin. Simplemente puedo decir que invita a pensar.

Empecé a escribir en este blog cuando nació mi hijo, por la noche, durante el único rato que tenía un poco de calma. Ha sido y es una bonita válvula de escape, un lugar en el que explicarle a mis conocidos mis anhelos, mis temores y mis alegrías; aquí comparto música, poesías y algunas fotos; aquí publico mis cuentos, mis vomiteras y alguna que otra paja mental. De aquí el título Gritos en la noche. Mi inicié en Facebook este verano cuando al irme a vivir a un pueblo sin conocer a nadie más que a mi marido e hijo sentí la necesidad de hablar de manera inmediata con mis conocidos y por qué no, con los conocidos de mis conocidos. Por el Mesenger todavía hoy mantengo videoconferencias con mi familia.

¿Pero, con quién más comparto todo esto y yo no lo sé?

Como ocurre en cualquier lucha, soy consciente que mi actitud no contribuirá a penas a resolver ni mejorar el futuro que nos estamos labrando. Pero no sé si quiero continuar con esto. No sé si quiero ser cómplice. No quiero llorar algún día porque ya no tengo libertad.

Si alguien quiere compartir conmigo esta reflexión, le invito a leer el artículo "Nos vigilan" y también a ver el vídeo "Facebook, la cara oculta". Al menos, para saber en lo que nos estamos metiendo...

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/datos/intimos/mina/elpepisoc/20090603elpepisoc_1/Tes
(No es el mismo artículo del que yo hablo pero aborda el mismo tema y también cita a Stephen Baker)


2 comentarios:

Norma dijo...

Escuché algo de esto en la rosa de los vientos una noche en la cama y puedes imaginar lo mucho que me costó dormir. Sobre todo porque yo no solo dedico parte (por pequeña que sea) de mi vida a esto, si no que yo vivo de esto. Contradicciones éticas, profesionales... dónde vamos a ir a parar...

Anónimo dijo...

El videito este,a partir del minuto 3 empieza a desvariar de manera importante, y creo que sólo afectará de manera nociva a aquellos que aporten información suficientemente importante, que al juntarla o por separado, puedan crear un puzzle por el cual, puedan saber de tí más de lo que tu quisieras, y arruinarte la vida o simplemente, intentar venderte los productos más afines a tu personalidad.Todo esto , siempre y cuando no seas un mentiroso compulsivo, un chalado o simplemente un estafador.Y estos creo que no les interesan mucho...o sí?.