lunes, 5 de mayo de 2008

Micreorretazo: Ingenuidad

- La malvada hipotenusa capturó a Pi. - Quedaron todos en silencio.
- ¿Qué pasa, mamá?
- Nada, sigue durmiendo.
- ¿Y que hará el halcón? ¿saldrá en su ayuda o tendremos que esperar que los vértices nos den la señal?
Mi hermano mayor participaba en las reuniones clandestinas mientras que a mí me enviaban a la cama, como si no pudiese enterarme de nada. Sin embargo, yo escuchaba a escondidas sin perder detalle, fascinado como estaba por aquel lenguaje en clave. No entendía, así que no me preocupaba de lo que hablaban. Lo que me fastidiaba es que el dichoso dictador fuese una extravagante hipotenusa y mi padre un simple Pi. Desde luego, todo eran injusticias.

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