He visto un anuncio en la televión que dice algo así como que somos lo que comemos. Yo creo que somos lo que leemos. Nunca he sido una lectora empedernida, no al menos tanto como me exigen mi profesión y mi afición, pero vaya, debo reconocer que lo mucho o poco que he leído, ha dejado mella en mí. Algunos libros han pasado sin pena ni gloria por mi memoria (bastante escasa, por cierto) y otros, la verdad, los empecé y abandoné antes o después. Pero en la vida de todos nosotros, están los elegidos. Esos libros que por una u otra razón se quedan gravados en nuestro espíritu y son esos, precisamente, los que nos configuran como la persona que cada uno de nosotros somos. Pues bien, de ser así, ésta soy yo:
TEO, de Carlota Goyta y Asun Esteban. El amigo que todo niño sentíamos tener y el niño que a todo adulto nos gustaría haber sido.
EL PAMPINOPLAS, de Consuelo Armijo. Con historias así, como no engancharse a la lectura ya desde pequeños…
EL VELERO ROJO, de Willi Fährmann. Mi primera lectura romántica sin caer en cursilerías.
EN LA ESTEPA RUSA, de Juri Korinetz. O como aprender a viajar sin levantarse de la cama.
EL CLUB DE LOS CINCO y EL CLUB DE LOS SIETE SECRETOS, de Enid Blyton. Consiguieron convertir el descampado de enfrente de mi casa en un lugar a explorar y donde merendar las tardes agosto que de otro modo, hubiesen sido aburridísimas.
CHEYENNE 6112 y LA TRILOGÍA DE LOS TRÍPODES, de John Christopher (los tres últimos) Mi primera y casi única incursión en la ciencia ficción de carácter futurista.
LA HISTORIA DE KAREN, de Ernesto Frers y CHRIS, NACIDA INOCENTE de Paul May. En fin, que esperar de una quinceañera que adoraba los New Kids On de Block, idolatraba a Laura Palmer, se pintaba los ojos como una mona y lucía zapatos de charol… qué dura que es la adolescencia
RIMAS Y LEYENDAS, de Adolfo Béquer. Gracias mamá por descubrirme a éste y a otros muchos poetas.
LA HISTORIA INTERMINABLE, de Michael Ende. Otro agosto diferente, más sueños imposibles, otra vida, otro mundo…
DON QUIJOTE DE LA MANCHA, Miguel de Cervantes. Lo confieso, versión reducida para estudiantes, pero por algo se empieza…
EL SEÑOR DE LAS MOSCAS, de Wiliam Golding. Primeras reflexiones filosóficas a través de la literatura.
CUENTOS DE EVA LUNA, de Isabel Allende. A partir de aquí, empiezo a sentirme rebelde.
PEDRO PÁRAMO, de Juan Rulfo. A la tercera fue la vencida y a la cuarta, disfruté de cómo nunca de su lectura.
TERRITORIO COMANCHE, de Arturo Pérez Reverte. Antes de ser periodista, soñé con ser periodista. Ahora qué soy periodista, no he dejado de soñar.
NOSALTRES ELS VALENCIANS, de Joan Fuster. En busca de mi identidad.
EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA, de Gabriel García Márquez. Me enamoré del Maestro para toda la vida. LA BUSCA, de Pio Baroja. Cuánta dignidad se esconde en la pobreza…
EL LIBRO DE LOS ABRAZOS, de Eduardo Galeano. Y aprendí que se puede amar de otro modo…
EL MECANOSCRIT DE SEGON ORIGEN, de Manuel de Pedrolo. Mi primera lectura en catalán.
LOS CURAS COMUNISTAS, de José Luis Martín Vigil. Indagando en mis contradicciones.
SOY RIGOBERTA MENCHÚ, de Elisabeth BURGOS. Y me dejé contagiar su fuerza
LA SALVATGE, Isabel Clara i Simó. Tanto amor y odio juntos pudo con mi estabilidad
POLÍTICA DE PAPER, de Salvador Cardús. Porque el periodismo exige, ante todo, autocrítica acerca de su uso y abuso.
MONTEVIDEANOS, de Mario Benedetti. Otro maestro del que nunca aprenderé lo suficiente.
ANTOLOGÍA POÉTICA DE LA GENERACIÓN DEL 27. Así fue como Luis Cernuda se me quedó clavado en el corazón.
EL PRINCIPITO, Antoine de Saint-Exupéry. ¿Puede alguien enamorarse de una historia?
EL PERFUME, de Patrick Süskind. Me resulta tan morbosa, que la leería una y otra vez.
LOS CAMINOS PERDIDOS DEL ÁFRICA, de Javier Reverte. Mi viaje pendiente, si algún día soy valiente…
LITERATURA Y PERIODISMO, de Albert Chillón. Al fin descubrí mi verdadera vocación.
DE PARTE DE LA PRINCESA MUERTA, de Kenizé Mourad. No sé cómo me sentí princesa…
LA PIEL DE LA CULTURA, de Derick de Kerchove. Cuando la realidad supera la (ciencia)ficción.
LA VOZ DORMIDA, de Dulce Chacón. Uf, no sé si alguna vez he llorado tanto con un libro…
¿TODAVÍA PIENSAS QUE SOMOS LAS QUE SERVIMOS EL CAFÉ? Porque si además de escribirlo, te pagan y lo publican, la experiencia resulta orgásmica.
COMO SE CUENTA UN CUENTO, de Gabriel García Márquez. Estoy con él ahora, yo os contaré…
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4 comentarios:
De la infancia compartimos muchos... o más que compartirlos, los heredé. De la adolescencia lo mismo, aunque sin descampado ya... y de la edad un poco adulta, creo que nuestra madre y abuela han tenido mucha influencia en nosotras. Si somos lo que leemos, tal vez tu yo no seamos tan distintas y nuestro parecido no sólo sea físico... y me apunto algunos!!
Besitos,
Norma
Anda, enriquece este post con alguna sugerencia, comparte alguna lectura que te haya influido en la vida... menos mal pequeña, que estás ahí dandole vidilla al blog!
mmmm a ver...
Como agua para chocolate, de Laura Equivel; La Tregua, de Benedetti; Veronika decide morir, de Coelho; Un montón de nadasy el pirata garrapata, del Varco de vapor... buff y muchos de publi y de escribir ahora que pienso...
aquí dejo los míos:
- El zoo d'en Pitus de Victor Aldea
- Shakespeare nunca lo haría de Charles Bukowski
- Necronomicón de H.P. Lovecraft
- Menos que cero de Bret Easton Ellis
- Los paraísos artificiales de Charles Baudelaire
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