“Todavía, algunas veces huele a sangre". Pero a mi no importa, ya me acostumbré. Es lo que tiene morir de una forma tan violenta. Se te desparrama el cuerpo y tus pedazos quedan esparcidos por toda la calle. Sé que se esforzaron por recogerme del todo pero mi nariz sigue aquí, en este rincón de la acera, justo donde cada mañana, viene ese perro a mearme. Y lo curioso, es que creo que él me ha visto. Y me revienta que no se digne a recogerme, ententerrarme y darme descanso. Así al fin, dejaré de oler mi propia sangre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Buenísimo!!
¿tu lo has entendido? porque un par de personas se han quedado un poco extrañadas, sin entender el significado. A lo mejor no está bien explicado...
Se entiende perfectamente... sólo hay que saber leerlo...
Publicar un comentario