viernes, 12 de marzo de 2010

Blogs ajenos

Me encanta leer blogs ajenos. Disfruto repasando semanalmente cómo transcurre la vida de quienes los escriben. No es por voyerismo. Normalmente estos blogs son poco íntimos, al menos en lo que a lo cotidianidad de quienes los escriben se refiere, aunque dicen mucho de ellos y ellas, por supuesto. De sus palabras, una puede destilar situaciones, sentimientos, rutinas y anhelos. Pero sobre todo, una agradece esa ventana al mundo que algunas personas me abren de par en par a otros mundos, otros territorios que yo jamás, tal vez, podré ya explorar.
Leo los blogs, no cómo quién mira los programas del corazón. No busco carnaza, ni morbo. No me interesan las historias reales, contadas con pelos y señales. Lo que me gusta de los blogs es que casi nadie (al menos los que yo leo) se atreve del todo a descubrirse. Nadie se desnuda impudicamente. A penas una insinuación, una pincelada de un cuadro que jamás me mostrarán completo. Esto es lo más fascinante. De gente que no conozco yo puedo imaginar su existencia, recomponer sus pequeñas historias.
Me imagino algún día conociendo a alguna de esas personas cuyo blog sigo con frecuencia. Cuya vida he imaginado, con cuyos sentimientos intuidos he confraternizado y con cuyas rutinas, ficticias o vividas, me he sentido identificada. ¿Me abrazaría a ellas como si las conociese de toda la vida o haría como si nada supiese de lo que dice y piensa, o al menos transcribe, en su bitácora virtual? ¿Cuánto sé de esa persona que me deja mirar por la mirilla de su puerta? ¿me la abrirá de par en par al saber todo lo que yo sé de ella? ¿o se sentiría avergonzada, excesivamente expuesta a la realidad? ¿o tal vez esa persona miente a conciencia y piensa “pobre tonta que se lo cree”?
Qué extraña es la vida a través de la red. Qué poco sé manejarme en estos ámbitos.
Todo esto que escribo lo publico en un blog. Tal vez yo también sea la ventana de otro mundo diferente para alguien. Tal vez yo también, a través de mis palabras, de los cuentos que publico, de los poemas que copio, de las canciones que cuelgo, tal vez yo también deje entrever mi alma y mis sentimientos. Tal vez, alguien muy lejos se sienta cercana a mi. Y dude, como yo dudo, de los sentimientos que estas relaciones de lecturas sin apenas respuestas despiertan. Qué extraña es la blogesfera. Qué extraño el bloghumano.

2 comentarios:

Norma dijo...

Me ha encantado la reflexión. Aunque yo ya no escriba prácticamente en el mío, sigo leyendo los de las personas que sí lo actualizan y me gustan... como el tuyo, que me hace sentir más cerca de ti pero a evces, un poco lejos por no saber si llego a captar lo que realmente quieres decir. Pero al menos te haces una idea... y qué bien escribes ostras...

Bego dijo...

Contigo no hay dudas. Me leas o no siempre habrá un abrazo en cualquier momento.