No es mi película favorita, pero desde luego, creo que es una de las mejores películas de ficción que se han realizado nunca. Además, es una de las primeras películas que fui a ver al cine yo sola, quiero decir, que no fui acompañada de ningún adulto. Además la vi en un cine de barrio, cuando todavía existían y la programación era doble. Toda una tarde de sábado ante la pantalla comiendo palomitas. Y de entre todos los recuerdos, esta escena maravillosa escapa al olvido y con frecuencia acude a mi mente y me rescata cuando siento que me invaden los fantasmas. Que sería de mi sin Bettlejuice. Absurda, irónica, terrorífica, hilarante... ¡como la vida misma!
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