jueves, 2 de julio de 2009

Extraña quietud

Si hay algo de lo que me extraño cada día es de la quietud de las calles. A veces, cuando a media mañana salgo a la calle, tengo la impresión que algo malo ha sucedido que ha dejado las calles en silencio, sin gente... da la impresión que se ha detenido el tiempo y yo camino entre los coches, cruzo las aceras, paso por los escaparates de las tiendas como si todo estuviera vacío... el calor, el verano, las vacaciones influyen... pero hay algo más. Hay un no sé qué de fantasmagórico a ciertas horas del día en este pueblo que me hacen sentir muy extraña. Es algo a lo que no estoy acostumbrada. Norma hace unos días hablaba de su necesidad de silencio. Yo echo a faltar el bullicio, aunque sea por unos segundos, para no sentirme en medio de la nada, mi nada cotidiana. Aunque en otras ocasiones, es precisamente en este espacio en blanco donde me encuentro a mi misma y donde puedo y sé ubicar a mi gente, a los que quiero, con los que sé estar, aunque eche a faltar a otras tantas...

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